Miu, mi suegra, es alguien a quien respeto mucho. La primera vez que nos vimos me enamoré. Un día, una lluvia intensa y sin precedentes detuvo el tráfico y dejó a mi padre varado en casa. A solas con Miu, la persona que admiro, bajo el mismo techo, con el pelo mojado, la camiseta transparente y bajo la lluvia torrencial cada vez más feroz, no podía controlar mi deseo, aunque sabía que Miu no era buena. Todavía la abracé con fuerza.
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